sábado, 18 de febrero de 2012

Marco de referencia a los procesos lectores


Copio las páginas 152 y 153 de este interesante trabajo, uno de los más leídos de esta revista costarricense

Silvia Méndez Anchía, "Comprensión lectora y textos literarios. Una propuesta psicopedagógica", en Revista Educación 30 (1), 141-155, 2006:

Uno de los principales desafíos que enfrenta el sistema educativo costarricense es, según el Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible (2005), el de responder a la diversidad, promoviendo competencias básicas y proveyendo una formación integral; “además [señala el informe Estado de la Educación] se debe buscar que el proceso educativo sea más estimulante para retener a los adolescentes que hoy opinan que la educación es poco atractiva y a veces hasta ‘carente de sentido’” (p. 15).

En el año 2004, un 11,6% de estudiantes desertaron de la secundaria, y uno de los motivos que se aducen, junto con los problemas económicos, es justamente la falta de motivación (Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible, 2005). De ahí la necesidad de dotar de sentido las prácticas educativas, mejorando “la pertinencia de la enseñanza secundaria para hacerla más actual e interesante, ya que una de las principales causas de deserción es el desinterés de las y los estudiantes” (p. 16). 

Urge, por lo tanto, que los contenidos resulten significativos para los estudiantes, con mucha más razón si se trata de textos literarios. Un enfoque de enseñanza de la literatura que se concentre en el dominio de ciertas categorías especializadas, quizá no resulte lo suficientemente motivador para el alumnado. Si se pretende que la enseñanza de la literatura apele directamente a los estudiantes, es necesario promover los procesos de formación y transformación personal que el contacto con el texto literario podría estar generando en ellos. 

Se afirma, así, la importancia de una propuesta psicopedagógica de aproximación a la lectura de textos literarios en la enseñanza media cuyo énfasis esté en el sujeto adolescente y en ciertas estrategias de trabajo con textos literarios que generen procesos de conocimiento propio, lo cual 
habrá de redundar en un mejor desempeño del estudiante en su realidad.

En este ensayo, se ha propuesto un marco de referencia sobre los procesos lectores en relación con los textos literarios cuya finalidad consiste en favorecer una aproximación psicopedagógica a la literatura, que contemple tanto las categorías de análisis específicas que se proponen en el programa de estudios, como los procesos cognitivos asociados con los distintos niveles de comprensión de lectura que también se citan en dicho programa, y que a la vez plantee la posibilidad de enfatizar en la literatura como formadora de los estudiantes en lo que se refiere a su vida personal y a su realidad circundante.

Se parte de la premisa de que todo proceso de lectura se rige por una búsqueda de sentido, es decir, que el lector va tratando de encontrar un significado conforme va descifrando el texto, situación que se torna más compleja debido a la pluralidad del texto literario.

Algunas recomendaciones que se desprenden de esta propuesta son las siguientes:

a)  Debe considerarse siempre que la lectura de datos explícitos depende del proceso particular de “muestreo” efectuado por cada lector, proceso que se inserta en un trabajo de transacción texto-lector.

b) Habilidades tales como el análisis, la síntesis, la esquematización, la paráfrasis y la jerarquización, necesarias para organizar las informaciones que darán pie a la formulación de una lectura interpretativa, se hallan dentro de un proceso de asignación de un sentido posible al 
texto literario.

c)  Para evitar un estudio descontextualizado de las categorías predominantes en cada género y de las características de los diversos movimientos, es necesario efectuar, por un lado, 
una aproximación flexible a los textos literarios, respetando su variedad, sus diferencias y semejanzas con otros textos, no leyéndolos a todos como si fueran uno solo; y, por otro 
lado, contemplar tanto los elementos de fondo como los de forma, tratando 
con más profundidad los temas que presenta el texto literario.

d)  Es preciso tomar en cuenta la experiencia previa del sujeto lector con los textos literarios y con otros textos de la cultura, pues con base en ella  interpreta los indicios textuales asignándoles un sentido que trasciende el plano literal. 

e)  Es necesario aprovechar los niveles evaluativo, apreciativo, aplicativo y recreativo para desarrollar una “inteligencia en la realidad”, que lleve al estudiante a relacionar el texto literario con su vida misma y su entorno; de esta manera, comprenderá mejor la realidad en que se desenvuelve, con lo cual la lectura será enteramente formadora. 

Las pérdidas, las relaciones en la familia y con otros adultos importantes, la necesidad (o el temor) de salir del hogar, las decisiones acerca de su vida futura, los miedos (producto de un sentido de identidad tambaleante) y, por qué no, hasta el fracaso escolar (con sus implicaciones en la vida personal y familiar): estos temas asociados a las diversas transformaciones que sufre la persona en esta etapa de la vida —denominada por Dolto (2004) como el “complejo de la langosta”, para referirse al periodo en que esta pierde su concha y se halla en un estado de vulnerabilidad pasajera—, podrían formar parte de las discusiones y reflexiones que, a propósito de la literatura, se entablen en el salón de clase. 

Si se contempla el desarrollo integral  de   las  habilidades  de   comprensión lectora de textos literarios tomando como eje al estudiante —que constituye el otro elemento del proceso transaccional de la lectura—, se le estará dando un enfoque más integral al currículo del tercer ciclo, justamente en una etapa de la vida del estudiante que se caracteriza por una preocupación por su vida personal, por la toma de decisiones importantes y por un contacto crítico con su medio circundante.